Nuevo espacio: el porche.

Ha llegado un nuevo espacio en Cal Calot, el porche. ¿Listos para disfrutarlo?

 

En 2021 vais a volver.

Hace unas semanas que hemos iniciado en 2021. Un año en el que todos hemos depositado muchas esperanzas. Es el año en el que derrotaremos esta pandemia mundial y el año en el que volveremos a encaminar nuestros proyectos. Posiblemente nada será del todo igual, pero con valentia reconstruiremos nuestras vidas, transformándolas en un viaje aún mejor.

Cal Calot, ha pasado un año muy solitario. La casa ha estado vacía durante meses. Hay momentos angustiosos y desmoralizantes. Sabéis que es un proyecto relativamente nuevo, y como tal, los inicios nunca son fáciles. Sólo faltaba toparnos con la pandemia para desestabilizar todo un poco más. De todos modos, la ilusión y la esperanza pueden con todos los obstáculos. Si es cierto que quizás no podremos avanzar tan rápido como queríamos, pero paso a paso iremos logrando los nuevos objetivos para hacer que Cal Calot, sea aún mejor.

Vista de la casa y el porche.

Nuevo proyecto, nuevo espacio.

Con esta ilusión y esperanza, y con algo más, como un buen equipo de trabajo, hemos conseguido rehabilitar el antiguo pajar de Cal Calot. Ahora es «El Porche». Tengo que deciros, que sólo se ha arreglado una primera fase del proyecto total que había previsto, pero estamos igualmente muy satisfechos. En medio de este temporal hemos conseguido rehabilitar una parte muy importante y posiblemente la que vais a disfrutar más, la zona de barbacoa.

Los que ya os habéis alojado en Cal Calot , sabéis que la barbacoa que teníamos, a pesar de ser práctica y de dimensiones más que aceptables, estaba en el exterior. Y los cocineros les tocaba cocinar la comida acompañados de las inclemencias del tiempo. A veces eran días de tregua meteorológica pero se de algunos que cocinabais paraguas en mano, intentando detener la lluvia e incluso la nieve. Estábamos totalmente de acuerdo con vosotros cuando nos pedíais un tejado pero como decía antes, es difícil poner en marcha un proyecto nuevo, y a menudo hay que ir paso a paso. Por fin, justo en Navidad, el porche se estrenó. En medio del invierno tal vez no es la mejor época para estrenar un espacio abierto como es este, pero este año ha ido todo atravesado, y si algo nos ha enseñado este virus, es que hacer planes puede ser la más grande de las tonterías, así que sinceramente, me da igual que se haya estrenado el medio del invierno y no en pleno verano, lo importante es haberlo rehabilitado y que cuando vengáis ya lo podáis disfrutar.

 

Zona de barbacoas con la encimera, isla central…

El Porche

Como iba diciendo, es un espacio muy abierto. Pero en invierno también se puede disfrutar. Las horas de más sol y con ropa de abrigo también se está muy bien. En el encontrareis unos grandes balcones que miran a la montaña y por el otro lado, al que da a la ermita, están los accesos, que quedan a nivel del suelo, como la casa, de tal manera, que las personas mayores o  de movilidad reducida evitan escaleras y escalones. Os recuerdo que en la primera planta de la casa, aparte de haber la sala-comedor y cocina, también encontraréis dos habitaciones. De tal forma, que en las principales zonas comunes se puede acceder cómodamente sin tener que subir y bajar escaleras.

En el porche encontraréis una zona para cocinar, formada por una barbacoa y una espaciosa encimera con una pila y espacio para dejar utensilios, bebidas … También hay una pequeña isla en el centro de este espacio, para hacer el aperitivo mientras se cocina o simplemente dejar las bandejas cargadas de comida. También hay un cubo grande para la basura y una nevera. Y la leña, carbón, butano, “paella” …

A continuación están las mesas de madera  para sentaros y disfrutar de la comida y el futbolín y la mesa de ping-pong, para hacer bajar el atracón que os habréis zampado. Ah, y no menos importante, que sepáis que también hay un lavabo. Evitaréis salidas y entradas a la casa. Más práctico y cómodo imposible.

 

Equipamentos del porche.

El porche es un espacio complementario que hará aún más especial vuestra estancia en Cal Calot. Una zona nueva para distraeros del grupo cuando os sintáis saturados, un espacio de juegos ideal para alborotaros, gritar y hacer juerga sin molestar a los compañeros que prefieren la calma de una lectura entretenida. Un espacio para disfrutar de los placeres culinarios de la comida cocida a la brasa o de una “paella” descomunal. Cocinar con la magia del fuego, el crepitar de la brasas … estos placeres tan auténticos que a menudo no podemos hacer en nuestros hogares, sobre todo porque lo que los hace más especiales es el hecho de compartirlos en grupo. Con el grupo de amigos y con toda la familia.

En el porche disfrutaréis de eternas sobremesas, donde a nadie se le hará tarde, donde no os preocupareis de molestar a los vecinos y donde una vez “llenos”, los niños, podrán levantarse y corre alborotados por los entornos sin peligro.

 

Padres, madres, abuelos, jóvenes … aquí volverán las reuniones.

Los balcones y los accesos permiten seguir disfrutando del paisaje. Os vais a sentir parte de la naturaleza, conectados a los orígenes más básicos; conectados al calor del sol, a la brisa fresca, al canto de los pájaros…se que suena muy bucólico, pero así es. Todo esto, bajo la protección de un techo, entre decoración rústica pero moderna, entre paredes de piedra, de color turquesa oscuro y de una encimera de azulejos al más puro estilo provenzal.

 

Balcones y panorámicas.

Os lo he contado, ¿ bien?

Espero haberos dado una pincelada clara y comprensible de este nuevo espacio de recreo. Con las imágenes que os dejo en esta entrada del blog, tendréis una idea más aproximada, y sino, ya sabéis que nos podéis seguir en las redes sociales, donde procuramos enseñaros lo que se «cuece». Hay que decir que nos falta ultimar algún detalle como las puertas definitivas, pero espero que nos deis margen de actuación, como os comentaba, necesitamos ir paso a paso. Y ahora el principal, es que todos, vosotros y nosotros, sigamos con buena  salud y podamos encaminar de nuevo nuestras vidas, y entre otras cosas, volveros a abrir las puertas de «nuestro pedacito de cielo».

 

Encimera rústica y luz led para la zona de trabajo.

Como digo últimamente, la mente no la tenemos confinada. Si echáis en falta  escapadas rurales con quien amáis, dedicad un momento en pensar en ellas, en planearlas, en  visualizarlas, y muy pronto serán una realidad. Recordaros de nosotros, recordaros de Cal Calot.

 

¡Nos vemos pronto!

 

El reencuentro, en la casa rural.

Ha sido un verano de reencuentros en nuestra casa rural.

Juntos otra vez en Cal Calot.

 

Saludos

¡Saludos! ¿Creíais que habíamos desaparecido? No, nada de eso, lo que pasa es que, con el caos que estamos viviendo, las palabras nos habían quedado confinadas. Me negaba a escribir pensando en la pandemia, y no quería mencionarla, pero definitivamente, tiro la toalla. Es imposible vivir hoy y no hablar de ella, aunque sea muy poquito.

Deseamos de todo corazón, que vosotros y vuestras personas queridas gocéis de salud, tengáis trabajo y sobre todo, muchos ánimos. Que todos sabemos, que hay días, realmente duros en que todo se ve de color negro, pero saldremos de esta. Juntos superaremos este bache. ¡Ánimos y miedos fuera!

Nosotros, como todo el mundo hemos hecho caso de las recomendaciones sanitarias, tanto para nuestro bienestar, como para el de toda la población. Y a pesar de haber tenido la casa rural cerrada al público, durante cuatro larguísimos meses, siempre hemos estado trabajando en ella y en julio, de nuevo, volvimos a tener grupos alojados.

 

Seguimos los protocolos de limpieza y desinfección para ofreceros una estancia segura.

 

En estas ocasiones, más que nunca, los grupos han sido familias, de todas formas también ha habido grupos de amistades. Todos con ganas de reencontrarse, de pasarlo bien y zambullirse en la naturaleza. Y para nosotros, volver a ver la casa rural con vida, es excepcional, sobre todo cuando vemos lo felices que sois en ella, y cuando nos dedicamos mutuamente, un ratito para charlar, escucharnos, conocernos, explicarnos la vida y al fin y al cabo, aprender de unos y otros, y llevarnos un pedacito de vosotros con vuestras palabras.

 

Nos acordamos de vosotros.

Hoy me apetece recordar el paso de estos grupos por Cal Calot, os hablaré de algunos de ellos.

Uno de los grupos, precisamente el que realizo la primera reserva post-confinamento, eran una familia de pueblo costero. Los dos hermanos de la familia, viendo las ovejas en el campo, se acordaban de cuando eran jóvenes y tenían gallinas en casa. En la mirada se les veía el entusiasmo que les traían esos recuerdos. Josep, quien se encargó de hacer la reserva, tuvo la genial idea de hacer una bonita sorpresa a toda la familia. Esta sorpresa consistió en una sesión fotográfica de todos ellos. A media tarde, aparecieron un par de fotógrafos y se encargaron de capturar la alegría de haberse reunido de nuevo toda la familia, entre robles, panorámicas del valle….¡ que gran idea!

Otra de las familias que se alojo, quería hacer una sorpresa de cumpleaños a la madre de la chica que se puso en contacto conmigo. El viernes, llegaron el matrimonio y ella, y mientras les enseñaba la casa, la madre quedaba alucinada de cómo era de grande, pues ella creía que sólo se alojarían ellos allí. El caso, es que casi meto la pata y me cargo la sorpresa pero recapacite a tiempo, no dije ni una palabra, y con un cruce de miradas con la hija, nos entendimos – tsh….no digas nada por favor-. Al final, tuvo una sorpresa de verdad, tal como estaba previsto.

 

La mesa arreglada para una celebración.

El último grupo del que voy a hablaros. ración.Estaba formado por parejas de gente mayor. Todos amigos. ¡Tenían mucha marcha! Era envidiable las ganas de pasarlo bien que llevaban, pues en una ocasión en que tuve de acercarme a la casa,  sentía las risas locas de las señoras jugando al futbolín, lo estaban pasando en grande. Y el último día de su estancia cuando fui a despedirme, estaban todos sentados en la larga mesa del comedor jugando a cartas. El sector izquierdo estaba ocupado por las señoras y el sector derecho por los señores. Todos y todas aficionados con su partida de cartas. Qué ratos más chulos que pasaron en la casa rural. Y el señor Ramón, me explico que cuando vivía a Huelva con sus padres y hermanos, también tenían un rebaño de ovejas. De echo, me dijo que contáramos con el si necesitábamos un pastor. Lo tendremos en cuenta.

 

Cada grupo, un montón de experiencias.

En fin, ya veis que cada grupo de huéspedes sois un montón de vida y experiencias de las que aprender.  Poder intercambiar unas palabras con vosotros, responder vuestras preguntas y ofrecer un rato de tertulia, pienso que también forma parte de todo lo que envuelve el “turismo rural”. Y nos gustan mucho estos ratos. Porque aprendemos también de vosotros y nos dedicamos un rato a reflexionar sobre los caprichos de la vida.

 

Es genial que la vida haya vuelto a Cal Calot.

 

Cruzamos los dedos, para que los próximos caprichos de la vida, sean para todos más favorables de lo que son actualmente. Cuidaros mucho y, ¡ánimos!

 

La primavera sigue a su ritmo.

Una primavera que no podemos disfrutar.

 

La naturaleza no tiene pausa

Estamos ya  a mediados de abril, y aunque para todos nosotros, está siendo la primavera más caótica y triste de nuestra vida, en cuanto la naturaleza, es una primavera como cualquier otra. Posiblemente, incluso mejor.

El marzo, aparte de traernos el maldito Covidi-19, también nos trajo el inicio de la primavera. Pero ya sabéis lo que dicen; “ Marzo engañador, un día malo y otro peor”,  y así fue, porque a finales de marzo tuvimos la presencia de la nieve y alguna helada. De todos modos ahora, tenemos unos días de pleno sol y de vez en cuando, un chubasco hace acto de presencia. Esta lluvia es bienvenida, de esta forma nuestros pastos están cubiertos de hierba y nuestro ganado lo disfruta. Los árboles, flores … también lo agradecen.

 

Gota de lluvia en los pastos

Durante la nevada, algunos árboles ya tenían flor o estaban apunto de abrir los capullos. Aquellos días, la nieve compartió belleza con los pomos floridos de los cerezos. Era una mezcla de blanco sobre blanco, muy bonita. Algunos árboles, sin embargo, no salieron tan bien parados. Los nogales, por ejemplo, que precisamente se encuentran junto a Cal Calot, perdieron los capullos debido al  frío. Posiblemente, no van a nacer frutos, o muy pocos. Así que el próximo otoño, no podremos recolectar nueces quilómetro zero.

 

Los robles

Pero en esta vida, siempre hay alguien más astuto. Es el caso de los robles. En ellos todavía no se asoma ninguna hoja.  Sus ramas siguen desnudas como en pleno invierno. El paisaje está cubierto de verde, y un montón de flores lo salpican todo de colores, pero los robles siguen mostrando sólo su esqueleto. Son listos.  Porque ellos no empiezan a sacar las hojas hasta que no están completamente seguros de que el bueno ha llegado para quedarse, y que el frío ya no volverá de nuevo. A los robles no les gustan las visitas sorpresas. De todas formas, no por verlos desnudos, significa que estén dormidos.

Durante el invierno se han encargado, no sólo de liberarse de las hojas, sino también de dejar sus bellotas esparcidos por todo. Algunas pequeñas, otros más grandes, algunas  han perdido el sombrero y otros  han acabado en el vientre de algún animal. Un buen ejemplo de lo que es selección natural, supongo. Porque algunos de ellos, acompañados de la meteorología apropiada, se les ha cambiado el color. Se les ve rojizos, se han roto y han sacado una pequeña raíz, al igual que lo hacen las patatas. Una raíz, que valiente y decidida, hurga  tierra adentro asegurando que la bellota queda bien anclada en el suelo. Bajo tierra esta raíz va creciendo para succionar con deleite todos los nutrientes de la tierra, y fuera, en el exterior, nace un pequeño brote. Que poco a poco se va haciendo cada vez más alto, y se va poblando de hojas y más hojas, cada vez más abiertas para recibir el sol de la primavera.

Parece mentira que de una bellota pueda salir un roble e ir sumando años, aguantando el intenso sol del verano, nevadas, ventiscas y tormentas y con un poco de suerte, acumular cientos de años.

Bellota con la raíz anclada en la tierra

El ciclo de la vida  incluso en esta primavera sigue su ritmo. Cada época del año es magnífica. Parece que el invierno debe ser la que más nos disgusta a todos, pero al final, la naturaleza continúa siguiendo su curso. Quizás trabaja más en mortecino, sin hacer tanto ruido, sin embellecerlo todo con tantos colores, pero su trabajo sigue siendo primordial. La rueda de la vida sigue girando en invierno, para entonces podernos regalar una primavera espléndida.

 

Os esperamos

La verdad, es que estos días el paisaje del valle luce precioso. El verde, el azul, los amarillos, los lilas … están en todas partes. Pájaros, mariposas y abejas van atareados con un aleteo constante. Y el embalse lleno hasta arriba de agua .

 

En pocos días, los robles estarán así de verdes.

Nos llena de pena,  que Cal Calot deba permanecer cerrado y no poder compartir con vosotros este espectáculo tan formidable. Este «pedacito de cielo», es aún más bonito cuando se llena de risas. Pero resulta que estamos librando una batalla. Una batalla muy grande y la mejor arma para combatirla es quedándonos en casa.

Saldremos vencedores pronto, muy pronto, y Cal Calot, seguirá aquí para todos vosotros.

 

 

 Salud amigos y amigas! Deseamos que todos estéis bien y que la ilusión siga en vosotros.

 

 

Las dos N más explosivas.

N de niños, y N de nieve, una combinación explosiva.

 

 

Cuando recibimos una llamada vuestra, para informaros sobre la disponibilidad de la casa, normalmente, la hacéis cuando estáis reunidos con la familia y amigos planeando vuestro fin de semana idílico.

Estas llamadas, resultan siempre muy motivadoras porque destilan entusiasmo e ilusión para venir a pasar un “finde” genial. – la verdad, son llamadas que me encantan, pues me hace feliz poder ofrecer un trocito de “cielo”-.  Y este trocito de “cielo”, en invierno tiene un atractivo de más, la nieve.

 

La guinda del pastel

En invierno, la nieve es la guinda del pastel. Quien más disfruta de ella, sin lugar a dudas, son los niños y las niñas.

La dos N más explosivas del año, y las que nos ofrecen momentos de fácil distracción para los peques, fotografías originales, taquicardias al contemplar los bellos paisajes de blanco, cansancio…y un sinfín de buenas sensaciones. Y en los mayores, nos aporta algo más. Pues nos ayuda a despertar aquel niño o niña interior que durante años vive adormecido en nuestra coraza de adultos y que no encuentra mejor manera de despertar, que en el momento de enloquecer con la nieve.

Entorno de Cal Calot nevado.

Como enloquecernos con la nieve

Formas de enloquecer con la nieve:

  1. La más tradicional: la forma más tradicional e ideal para entrar en contacto con la nieve, por primera vez, es lo que se ha hecho toda la vida, la construcción de un muñeco de nieve. Una forma de fortalecer vínculos entre mayores y peques, y fomentar el trabajo en equipo.
  2. Para los más “folloneros”: igual de tradicional que la anterior pero sin cooperación ni trabajo en equipo, esta la clásica “guerra de nieve”. Sin normas, donde todo vale.
  3. Descensos: una opción igual de clásica, son los descensos con trineo. El primer contacto con la velocidad y la nieve. Y hay, ¡varias modalidades!. Con trineo individual o con “bus-plástico” improvisado. Sabéis de que estoy hablando, ¿verdad? Se trata de extender un plástico de grandes dimensiones en la nieve, para que todos podamos disfrutar del descenso a la vez.

niños y nieve, una combinación explosiva.

Me imagino, que estas modalidades todos las habéis puesto en practica en alguna ocasión.

Tened en cuenta, que si os acompaña la suerte y durante vuestra estancia nieva a la cota de 990 m, justo donde estamos situados, estas tres modalidades las podréis practicar sin tener que marcharos de Cal Calot.

Cal Calot. Nevada’19

 

4. La nieve en las pistas: haber, esta claro que esta modalidad es la menos económica. La equitación e infraestructuras de las estaciones de esquí tienen                                          un  coste, pero venir a Cal Calot en invierno y no visitar la estación del Port del Comte, es un gran error.

 

Os hablo de una estación muy familiar. Con panorámicas de infarto. Donde podréis practicar esquí, snowborad, raquetas de nieve…también os espera                                       una zona de tubbies y trineo. Además de un montón de servicios y escuelas de esquí para los principiantes.

               Pequeño principiante en la estación de esquí de Port del Comte

Y si lo que preferís, es deslizar sobre la nieve a un ritmo calmado, y disfrutar tranquilamente de la naturaleza, os animo a visitar la estación de esquí                                           nórdico de Tuixent-Lavansa.

 

Una N muy apreciada

Puede que algunos de vosotros penséis que la nieve no es una pieza clave para pasar un “finde” genial. Estoy totalmente de acuerdo con vosotros, pues solo son necesarios tres ingredientes para pasar unos días geniales: predisposición a pasarlo bomba, un alojamiento de cualidad y un entorno fantástico, pero…vamos a ver…si en verano el agua es la guinda del pastel, en invierno, no puede haber otra protagonista que la nieve.

Niños y niñas, la nieve, ¡os espera!

 

 

La propuesta de Navidad.

La Navidad; locura, desenfreno, remordimientos y una propuesta.

 

 

Inicio de la locura

Estamos ya  a las puertas de las fiestas de Navidad. Días apretados de tradiciones, costumbres y accesos. Todo empieza unas semanas antes cuando todos los papás y mamas, nos curramos una felicitación Navideña. Recuerdo, que en mi infancia, íbamos a la librería del pueblo y comprábamos unas diminutas postales con ilustraciones del Belén, que recordaban a las estampas  de misa. Todo muy barroco, pero realmente auténtico porque lo importante eran los buenos deseos que escribíamos  en el dorso de la postal.  En fin, cuatro palabras porque las dimensiones no daban para más. Y digo autentico porque actualmente la felicitaciones de Navidad, se han convertido en un escaparate de hijos fotogenicos, todos con madera de modelos de revista, equipados con ropa de abrigo y envueltos de una aura de luces cálidas y decorados de madera, al más puro estilo escandinavo.

¿Qué queréis que os diga? ¿Qué no me gustan? Pues claro que me gustan, pero haber si nos curramos unas frases llenas de buenos deseos también, pues lo más importante es lo que sale del corazón. (¿demasiado azucarado?…pero cierto).

 

Postal de Navidad de Cal Calot’18

El desenfreno

 Llega el día 24. La casa esta llena de decoración Navideña. Las felicitaciones de Navidad están todas entregadas. Y en cuanto llegáis a casa, os convertís en unos locos poseídos al revisar el contenido de vuestro lote de Navidad (esto los que no sois autónomos, claro…) y por la noche, llega el primero de los atracones y el que da la salida a los días repletos de actos y costumbres navideños que hacen que la Navidad exista; visitar el Belén, conciertos de Navidad, entregar la carta al paje real, esperar la llegada de los Reyes Magos con un farolillo…y por supuesto, entre acto y acto, seguimos con los atracones.

Si amigos, uno tras otro.

Decoración de navideña

 

Por cierto, tenía previsto dejaros con alguna receta  dulce,  fácil para hacer con la familia, y así seguir aportando un poco más de calorías a vuestra dieta navideña,  pero he desestimado la idea pues, acabaríais gastando todo el presupuesto en digestivos.

Seguid leyendo, que al final del articulo os dejo con una propuesta más saludable para hacer.

 

Los remordimientos

Como iba diciendo, las comidas contundentes son un fantástico aporte calórico para nuestro cuerpo. Son imprescindibles para combatir el frío del invierno (ha-ha-ha), pero ¿sabéis como acaba todo esto?, pues si amigos, con un avalancha de remordimientos. Pero aun así,  mientras no llega el año nuevo, todavía nos permitimos una tregua de algunos días, para seguir tragando todos los dulces que nos ofrecen, porque al fin de cuentas, nos lo merecemos.

Y llega el temido día 1. Después de una noche de desenfreno, estamos dispuestos a hacer un “reset” en nuestras vidas y cumplir todos los nuevos propósitos y actitudes, que van hace de nosotros, unas  mejores personas. Y el primer propósito de la lista, de la mayoría de la gente del mundo mundial, es empezar a cuidarnos y hacer ejercicio.

 

La propuesta

¿Sabéis que os digo? Que no debemos esperar al día 1 para empezar a cuidarnos. Cada día debe de ser el día 1. Sean días de fiesta o rutinarios es importante encontrar un momento para cuidarnos.

Por eso, los afortunados que vais a alojaros en Cal Calot durante la Navidad, podréis combinar los atracos Navideños, con ratos de ejercicio físico. Pues en el Valle de Lord (por si todavía no os habéis enterado…), hay mil propuestas para quemar calorías. Btt, senderismo, esquí….

 

En el Valle de Lord hay mil opciones.

 

Os dejo aquí, con el enlace de una ruta bonita, corta y adecuada para todas las edades. Es una ruta que permite conocer mejor el entorno de la población de Sant Llorenç de Morunys. Descubrir rincones con encanto y disfrutar del paisaje. Y por supuesto, quemar alguna caloría y liberarnos de los remordimientos post-atracón!

 

Imatge de la Ruta de les pomeres.

 

https://lavalldelord.com/es/ruta/ruta-de-les-pomeres/

 

 

Felices fiestas a todos y salud!

 

3 motivos para venir a pasar un fin de semana rural.

Un fin de semana rural a Cal Calot, es mucho más que un “ finde”.

 

El encabezado de esta entrada en el blog, puede que no resulte realmente atractivo, pues suena muy propagandístico pero es que a veces, es necesario darlo todo masticado para que abramos los ojos. No se si os ocurre a vosotros, pero a menudo, estoy físicamente en un sitio en concreto, pero tengo la cabeza en las nubes. Bueno, en las nubes no, la tengo en una centrifugadora. A vosotros también os ocurre, ¿verdad? Nos pasamos los días con la cabeza dando vueltas a mil cosas a la vez. La faena que hay que dejar lista, la lista de la compra, las preocupaciones, obligaciones….I por último, nos abrazamos a aquellos sueños llenos de esperanzas. Todo mezclado en nuestra cabeza, acaba resultando algo peor que una bomba. Nos nubla la realidad y nos perdemos muchas cosas. ¡para maquinas!, Aterrizad de una vez por todas, abrid bien los ojos y leed los tres motivos por los cuales debéis venir a Cal Calot. Venir para escapar de la rutina no es el único motivo por hacerlo. Hay muchas más razones para hacer de vuestra escapada en Cal Calot, la mejor de las opciones.

 

 

1r Motivo: la casa

Por una vez, seamos materialistas y dejémonos de hipocresías. ¿Para que negarlo? La casa es bonita y practica. Rehabilitada totalmente, consta de una amplia sala-comedor conectada a la cocina. Para que no pase aquello de que mientras unos hacen la partida, los otros cocinando, solo se enteren del chup-chup de la olla.

Resultan espacios confortables y bien equipados; sofás, mesa, mesitas…i todo con mucha luz natural entrando por las ventanas, ventanales y balcón.

Las habitaciones son amplias también. Y cálidas. Con suelo de parquet, techos acabados en madera, entrada de luz natural des del exterior y baño privado en cada habitación. Si..si…lo habéis escuchado bien, baño privado en cada habitación. Fantástico, ¿verdad?, porque ya se sabe aquello que dicen “ juntos pero no revueltos”, pues hay cosas que piden intimidad.

 

baño privado en cada habitación ¡fantástico!

 

Y si en la habitación os sentís solos pero en la sala grande os agobiáis, podéis bajar a la salíta de la planta baja y relajaros leyendo una novela, disfrutar de una plácida hora del te…todo bajo la muda compañía del futbolín, a la espera de aportar cierta diversión en el grupo de amigos.

I además, la casa tiene la calificación energética A, la más eficiente. Buenos cierres, luces led, calefacción de biomasa…

¿Qué os parece?

Vista lateral de la casa.

 

 

2º Motivo: el entorno

Normalmente, ir de turismo rural es sinónimo de acercarse a la naturaleza. A buscar su silencio, sus olores y colores. En Cal Calot, no sólo vais a estar cerca de la naturaleza, sino que os vais a sentir integrados en ella.

Estamos en el Valle de Lord, en el prepirineo catalán, al norte de la comarca del Solsonès, y a tan solo 30 minutos de la estación de esquí de Port del Comte.

Naturaleza 100%.

Alojarse aquí no es apto para los que tengáis fobia a la naturaleza (si es que estos es posible) pues escapar de ella imposible ya que la casa se encuentra rodeada de bosques de robles, encinas, pinos…y algunos cultivos. Si salís al balcón, vais a escuchar el sonido del agua bajando por el torrente de la Barata, el canto animado de algún pájaro y el repique de algún cencerro balanceado por el tranquilo caminar de las vascas pastando en el bosque.

 

naturaleza 100%, imposibles escapar de ella.

 

Y todo este silencio y esta paz, a menos de 10 minutos de Sant Llorenç de Morunys, la principal población del valle, donde encontraréis un montón de servicios y establecimientos. Y el mejor de todo, es que ¡no cierran el fin de semana! Si sois de los que no hacéis lista y una vez en Cal Calot os dais cuenta que os falta algo en el equipaje, no os preocupéis, no estáis al fin del mundo, aquí vais a encontrar lo más necesario.

 

Panorámica de la Sierra de Port del Comte.

 

 

3r Motivo: valores

Alojarse en Cal Calot, es sinónimo de dar vida al territorio. Las zonas de montaña son un territorio cada vez más despoblado. Actualmente disfrutamos de muchas comodines, aun así, escasean las oportunidades y vivir aquí, a veces resulta complicado.

Nosotros somos una familia joven, dedicada al ganado. Vivir del sector primario es difícil, arriesgado y sacrificado. El ganado no es una ciencia exacta, los precios son los que son. Que podamos ganarnos más o menos la vida, depende en cierta mesura, de los caprichos de la meteorología y la guinda del pastel, es la dedicación,  los 365 días del año.

 

la montaña, territorio despoblado.

 

Es por esta razón, que para nosotros, igual que otros ganaderos, gestionar una casa de turismo rural es la forma de poder llegar a vivir del sector primario en una zona de montaña. Una forma de vivir que parece muy bucólica, ciertamente lo es, pero que también acarrea muchas dificultades.

 

Ovejas de nuestro ganado pastando.

 

 

Vuestro granito de arena.

Cada grupo que venís a alojaros en Cal Calot, nos da una poco de vida a nosotros, y un poco de vida al territorio. Quizá no os dais cuenta de ello, pero aportáis vuestro granito de arena.

Las zonas rurales son muy bonitas, pero es necesario cuidarlas y preservarlas, y para que esto sea posible, deben ser zonas habitadas y con recursos para poder mantenerlas en vida y ser bien gestionadas.

Nosotros estamos muy contentos de poder ofrecer la experiencia de vivir, aun que sea por pocos días, en un lugar de montaña precioso, en el que podéis encontrar aquella paz que a menudo se busca pero no se encuentra. Poderla compartir con vosotros y saber que de alguna forma os lleváis un trocito de todo esto en vuestro recuerdo, nos hace felices igual que vuestros granitos de arena.

 

Gracias por venir a vivir más que un “finde”, gracias por vuestros granitos de arena.

Octubre: gastronomía y cultura

La gastronomía forma parte de la cultura del territorio.

 

Des de mi punto de vista,  la gastronomía es parte de la cultura de nuestro país. Si tenemos que celebrar algún evento siempre lo hacemos alrededor de una mesa. Sea una gran celebración o una pequeña conquista. Ponemos la mejor vajilla, los manteles de los días de  fiesta o simplemente una buena brasa a la barbacoa …. Sea como sea, somos gente que disfrutamos de una buena comida. Y nos encanta encontrar la calidad en el plato y el sabor en la boca.

 

Membrillos, calabaza, nueces y castañas.

 

Eso si, en cada época sus productos. Así aseguramos que los alimentos son de buena calidad y que el producto ha sido creado y comercializado en su momento óptimo. Y si es un producto de proximidad, ¡ mejor que mejor! Contribuyendo a generar menos impacto ambiental con la reducción de kilometraje durante su transporte. Y además, y muy importante, ayudamos a la gente del territorio. Ya sean productores de frutas, verduras, aceite … o carne, como nosotros, con nuestros corderos y terneros. La mayoría de productores somos pequeñas explotaciones familiares, que creemos en una forma de hacer concreta que ofrezca un producto de calidad a nuestros consumidores y que nos gusta aportar vida en el territorio.

 

Comprando producto de proximidad, ayudamos al territorio.

 

Setas, membrillos … y a cocinar.

Durante el otoño, hay muchos productos de temporada. Algunos de ellos, muy conocidos y otros no tanto. Quizás el producto estrella, es la seta. ¿Como, no? Somos muchos los que una vez despedido el verano, ansiamos ver despuntar el día y calzarnos las botas para salir a buscar setas. Es encontrar una y no poder levantar la cabeza del suelo durante horas … claro que entonces la faena sigue en la cocina, pero una vez en el plato, el trabajo ha valido la pena. De todos modos, este año, de momento no ha sido una temporada de setas muy buena, pues el verano ha sido muy seco y por tanto, han sido pocas ls setas que hemos encontrado. Pero no se puede perder la esperanza, posiblemente las lluvias de estos últimos días harán salir nuevas.

Aprovecho, para recordaros, que cuando se va al bosque, hay que respetarlo. No sólo la vegetación y evitar abandonar allí basura, también es muy importante que si encuentra cercado de ganado lo dejéis como está, y que si hay ganado pastando no se le moleste. Tampoco hay que aparcar los coches en medio de caminos y menos en medio de los campos, pues están cultivados de comida para el ganado.

 

Setas de temporada

 

Otro alimento diez, para mi, son los membrillos. Me tienen el corazón robado … aquella cáscara ligeramente aterciopelada, ese olor dulce …. pero no hago confitura de ellos, no, no, no…con ellos hago “all i oli”. Si, tal como lo oís, “all i oli” de membrillo. Es una receta típica de poblaciones de montaña. La receta, siempre parte de la misma base claro que cada casa hace alguna variación; hay quien pone huevo, hay quien pone un trozo de pan seco mojado con moscatel …. pero en definitiva, la base es ajo, aceite y membrillos. Normalmente se come untado en una rebanada de pan tostado o con carne cocida a la brasa. La combinación del dulce de esta fruta y la intensidad del ajo es deliciosa. Vaya, una delicia que os animo a probar si se os presenta esta oportunidad.

 

All i oli de membrillo

El «alli i oli» de membrillo, una receta deliciosa.

 

Antes de la “castañada”, toca ir a feria.

Y ahora que se acerca la “castañada”, está claro cuál es el producto estrella. La castaña! Y la calabaza la invitada indiscutible de todas las casas donde se celebra el Halloween y que más allá de comérsela, como bien sabéis, la idea es recortarla dibujando una cara y encendiendo una vela en su interior .

 

Pero en el Valle de Lord, las calabazas son especialmente importantes para la Feria dels “Ous d’Euga” ( traducido seria huevos de yegua) que tiene lugar este fin de semana en St. Llorenç de Morunys. Y es que los «Ous d’Euga”, son, ni más ni menos que ¡calabazas! Jacint Verdaguer les llamó así en su leyenda de los «Tres Sabios Prudentes de los Piteus», donde unos hosteleros enredan los Sabios Piteus diciéndoles que lo gordo y naranja que por primera vez ven, es un “ou d’Euga”, en vez de una calabaza ; qué malos estos hosteleros …

 

«Tres Sabios Prudentes de los Piteus»

 

Es de esta leyenda tan arraigada en el valle, porque «Piteus», es el gentilicio de los habitantes de Sant Llorenç de Morunys, de donde surge esta feria de otoño donde la calabaza es la protagonista y en la que se organizan varios actos en relación a este alimento.

 

Los «ous d’euga», son las calabazas.

 

Ya veis que el abanico es amplio. Y es que tenemos una cultura gastronómica de ¡cinco estrellas! Y un territorio con unos productos buenísimos. Porque más allá de los que he comentado, en el valle también encontraréis; conservas, quesos, manzanas de montaña … y mucho más.

 

Si venís  a Cal Calot vais a encontrar  un territorio con cultura y gastronomía propia, que vale la pena explorar.

Septimebre: niños y fines de semana en Cal Calot

En septiembre vuelven las rutinas. El colegio y los fines de semana en Cal Calot.

 

Rutinas

 Salimos de la juerga intensa del verano. Los helados ya nos han abandonado, el bañador empieza a invernar escondido en una cajón y las largas tardes soleadas se van acortando. Esto sólo quiere decir una cosa; llega septiembre. Y con mucha pereza, empiezan a llegar de nuevo las rutinas que se prolongan durante meses. Rutina es una palabra que da pánico, pero con ella también llegan cosa muy buenas.

Una de estas cosas, es el colegio. Los peques no quieren oír hablar de ello, pero en el fondo, les encanta ir; reencontrarse con los amigos, los ratos de confidencias, los juegos, el olor de los libros nuevos…y los padres, todos, saltamos de alegría, porque los niños son preciosos, pero agotan.

 

Primeras lluvias de septiembre

Con la llegada de septiembre, también llegan otras cosas bonitas; moras, setas, algunos chubascos, nos volvemos a poner aquel jersey manga larga que al final de primavera ya odiábamos pero que ahora lo volvemos a abrazar con ganas. Y la mejor de las rutinas, son, sin duda, los fines de semana, especialmente cuando se viven en Cal Calot.

 

«llegan otras cosas bonitas»….»los fines de semana, especialmente cuando se viven en Cal Calot»

 

 

 

Ser niño en Cal Calot

Venir a Cal Calot a pasar el fin de semana es una muy buena opción para conseguir que tu cuerpo y mente recarguen las energías para afrontar una nueva semana, y hacerlo en familia, es perfecto para todos. También para los peques. Porque ellos también necesitan el alma calmada para afrontar los retos de la próxima semana. Vivir en medio de la naturaleza les ayuda a abandonar el estrés contagioso de la ciudad y los horarios estrictos. Les permite escapar del aire contaminado de las grandes poblaciones, y respirar la brisa sana y fresca de la montaña. Venir a Cal Calot es sinónimo de libertad para ellos. Sabes que no puedes quitarles los ojos de encima, y hay que poner límites, pero se merecen la libertad de correr por el bosque, saltar rocas, trepar árboles…deben sentirse libres y recibir los instintos, sonidos y olores más primarios para ver el despertar de su mente.

 

«deben sentirse libres»…»para ver el despertar de su mente»

 

 

Actividades en la naturaleza

La naturaleza y el bosque, son un gran aliado para distraer a los niños y aunque a veces no nos damos cuenta de ello, es una de las mejores escuelas. Las aventuras más básicas siempre están; recoger flores, buscar setas, salir de excursión…pero con un poco de imaginación les puedes tener distraídos un buen rato sin el ruido de la ciudad, poniendo atención en el momento y descubriendo que no todas las flores son iguales, que algunas de ellas tienen formas realmente extrañas o oír la melodía dócil y relajante de sus pasos al pasar entre la hojarasca seca.

 

Pequeño mandala

 

Vivir así, es una de las mejores experiencias que les puedes ofrecer a tus hijos, aunque sea sólo durante un fin de semana. Les ayuda a desarrollar la creatividad y destreza. Se les despiertan las ganas de descubrir y convertir una tarde de juego, en una gran aventura. Una manera dinámica y divertida de aprender; sumar y restar bellotas, hacer mandalas con hojas de mil colores, pintar piedras _ sólo piedras, por favor, no quisiera encontrarme las paredes cubiertas de  pintura – , buscar plumas perdidas y hacer coronas, oír los picotazos de los pájaros en la corteza de los árboles, o simplemente, aprender a caminar en un terreno lleno de obstáculos, totalmente distinto a la dureza del asfalto, trabajando la agilidad, el equilibrio y la coordinación física.

 

La mejor terapia

Son tantos los estímulos que ofrece la naturaleza, es una gran terapia emocional. A veces basta con observar para hacer que se sientan sorprendidos con los caprichos de la naturaleza. Porque no es los mismo ver a llover en la ciudad, que dejarte empapar por la lluvia y llenarte del olor a tierra mojada. Porque no suenan igual las salpicaduras de un coche atravesando un charco, que el repique constante del goteo de la lluvia en el tejado. No se observa igual una tormenta entre las calles abarrotadas de una ciudad, que una tormenta en la soledad de la montaña.

 

Si eres madre o padre, abuelo o abuela….si vienes a Cal Calot con los niños, no dejes que se lo pierdan.

 

Y si crees que el abanico de propuestas se queda corto, observad como pastan nuestras vacas Brunas o venid a visitar nuestra granja de ovejas. No hay nada mejor que coger un corderito en brazos!

 

Frutos silvestres

 

El turismo rural, en familia, mejor en Cal Calot.

 

 

 

 

¡Estamos de aniversario!

 

 

El once de agosto, celebramos el primer aniversario.

 

 

Los primeros huéspedes.

El once de agosto del verano pasado, fue cuando llegó el primer grupo de huéspedes en Cal Calot. Tuvimos alojados una familia encantadora. Venían de varios puntos del estado e incluso de Inglaterra. Todo fue muy rápido e inesperado. Al mediodía nos llamaron y por la tarde ya estaban instalados en Cal Calot. De hecho, estaban alojados en algún punto de la costa catalana,  pero decepcionados con lo que se encontraron, decidieron buscar otro alojamiento que se ajustara mejor a sus necesidades. Y así fue como el que se previa como unos días de playa, acabaron siendo, una estancia en la montaña.

El caso, es que estuvieron muy contentos de haber venido. Además estrenaron la casa; desde las sábanas a los cubiertos. Todo nuevo. Y nosotros estuvimos muy contentos de tenerlos alojados en Cal Calot. Fueron encantadores y amables. Sin duda, siempre los recordaremos.

Targetas publicitarias de Cal Calot

 

Los preperativos y las expectativas

Imaginaros  que nervios! Qué trasiego! En cuestión de horas, entraban los primeros huéspedes en Cal Calot. Y venían de un alojamiento donde los habían decepcionado. Así que la presión que ya sentíamos primeramente para cumplir las expectativas de nuestros huéspedes, al saber su mala experiencia, se multiplicó exponencialmente! Hacía días, que la casa estaba lista para recibir algún grupo huéspedes que buscara alojamiento a última hora, pero aún así, las horas previas a su llegada, fueron de nervios, estrés y trabajo. Queríamos que todo estuviera perfecto, como siempre. Toda yo un manojo de nervios, atribulada, arriba y abajo terminando un montón de «por si casos»; volver a quitar el polvo por si acaso, volver a pasar el aspirador por si acaso … que si monta una cuna de bebé por primera vez y perder la paciencia …”

 

De hecho, siempre hay un poco de nervios cuando tenemos huéspedes  en  Cal Calot. Pero claro, las primeras veces, siempre son las primeras veces … En cada ocasión mentalmente repaso una y mil veces que todo esté limpio, ordenado y que no me haya olvidado de nada. Siempre atentos. Pendientes de que no les surja ningún imprevisto y que todo lo que necesiten lo podamos facilitar. Por último, los ojos mirando al cielo; Que si llueve, que si hace demasiado calor … ..factores que no podemos controlar. Y otras mil preguntas como; «¿lo estarán pasando bien ?, ¿habrán salido a hacer excursiones ?, ¿les habrá gustado la casa ?, y ¿el entorno?». Podría pasar horas así. Por suerte, llega un momento en que una vozecita me dice – «hey, Eva, para … para ….» – Pero como lo que queremos es que su estancia sea perfecta, queremos cumplir las expectativas y que todo el encanto y belleza que mostramos en las redes sociales, vuestros ojos también lo sepan apreciar, es inevitable darle mil vueltas a todo, esperando que si, que todo salga genial.

 

 

De momento estamos muy contentos. Parece que cumplimos las expectativas de nuestros huéspedes. Estáis contentos de la casa, de los acabados, de los equipamientos, de la comodidad …. también del entorno. Y también de nuestro trato y voluntad de que paséis una buena estancia en Cal Calot. ¡Incluso decís que repetiréis! Algunos ya han repetido.

No os imagináis la inyección de energía y motivación que nos da oír vuestras  palabras de agradecimiento. Si digo que es brutal, me quedo corta. Y nos da motivación para luchando día a día para cumplir este sueño y poco a poco hacerlo aún más bonito.

 

 

Satisfechos

Podéis imaginar como estábamos de motivados el día que se nos pasó por la cabeza la idea de hacer de Cal Calot, un alojamiento de turismo rural. Estábamos entusiasmados con la idea. Y imaginábamos como queríamos que fuera; «La sala la haremos así, esto de tal manera, ¿el horno lo podremos conservar ?, ¿baño en cada habitación? …. que haya lugar para un buen sofá. La mesa bien grande y unos ventanales aquí, que los huéspedes puedan sentirse parte de la naturaleza. »

Y llega un día, después de meses de obras, de nevadas, dolores de cabeza y días de moral baja y de pensar que quizás has hecho una tontería, llega un día, en que te sientes satisfecho.

A pesar de las dificultades y saber que la lucha siempre es constante y llena de pequeñas batallas, acabas viendo, que con ganas y ilusión, los sueños se hacen realidad.

 

¡Y así hemos llegado al primer aniversario!

 

 

«nosotros ponemos ilusión. Vosotros confianza. Muchas gracias.»

 

 

Y lo que nos hace más felices de todo, es ofrecer a todo el mundo, la posibilidad de disfrutar esta casa y este entorno. Que al menos, por unos días, nuestros huéspedes os lo sintáis un poco vuestro. Y que además, hayamos conseguido devolver la vida a Cal Calot. Saber que la casa y el entorno, se vuelve a llenar de sonrisas y que sus paredes enmarcan recuerdos de muchas vidas, nos llena de unos sentimientos que nos conmueven el alma.

 

Logotipo de Cal Calot y llave de la ermita de St. Lleïr

 

Muchas gracias a todas los que habéis confiado en nosotros.

Seguiremos adelante, para ofreceros lo mejor, en este lugar tan bonito.

Las flores, en verano ¡a miles!

El universo creó el verano sólo para darnos las flores.

 

 

A veces pienso que es así mismo. Que quien realmente conquista el verano son las flores. Y es que si la primavera ha sido compasiva y entre días de sol a habido también días de lluvia, se llega al mes de junio con unos bosques chispeantes de colores.

 

panoramica de la Sierra del Port del comte y mirador del Codó.

 

Si, es cierto que antes de junio ya se ven muchas flores, pero algunas de ellas  esperan el solsticio de verano para decir «¡Eh! ¡Que ya estamos de vuelta!”  En casa, tenemos un cactus que sobrevive a las nevadas, resguardado entre paredes, creciendo de manera espectacular hacia el cielo, y siempre florece puntualmente al inicio del verano. Sus flores son grandes como la mano pero de vida corta. Hay que admirarlas intensamente porque en 24 horas se marchitan y hasta el próximo año no las volvemos a ver.

 

¿Quién te enseñó a amar las flores?

Me pregunto, si las flores son sólo cosa de mujeres. En mi entorno familiar, quien siempre me dice «niña, sale al balcón, mira qué bonita tal flor …» y quien me enseñaba a hacer ramilletes para mama, era la abuela.

Y la “padrina” (la otra abuela), también me enseñaba algunas cosas de ellas. Ella elaboraba un ungüento con alcohol y flores de lavanda  para hacerse friegas en las piernas, en los días que se las encontraba más pesadas. Porque hay que tener en cuenta, que esto de «tengo hora al fisio» o «voy a hacerme un masaje», era algo inimaginable en sus vidas, y los remedios caseros, heredados de generación en generación o entre vecinos eran  su manera de aliviar los dolores.

 

 

ramo de flores silvestres

 

¿Y qué os tengo que decir del agua de tomillo ?. Excelente antibiótico natural. En casa todavía hacemos alguna sopa de tomillo. También de se puede infusionar y utilizar el agua y  hacer gárgaras para el dolor de garganta o para desinfectar la boca.

La abuela, también me enseñó un vicio. Uno bueno, con medida, claro. Resulta que hay unas florecíllas lilas, de las que no recuerdo el nombre, que se comen los pétalos. Dulces como la miel. Cuando me encuentro una de ella no puedo evitar comerlas. Todas no … es importante compartir. Dejo algunas de ellas para las abejas, que bastantes preocupaciones tienen.

 

Ya ves, que en mi mundo, quién más aprecia las flores, la belleza y sus usos, son las mujeres. Y regalar …. ¿ quién regala flores a quién? La ecuación suele ser: mujer regala a mujer; mujer se auto-regala flores; o, con un poco de suerte, hombre regala a mujer.

 

Pero decidme, ¿cuántas de nosotras regalamos flores a los hombres? Ya os digo que yo no. Y es que normalmente, los hombres no las aprecian tanto como nosotras. Seguro que si los bosques, terrazas y balcones, fueran estériles de flores, entonces las echarían de menos, pero cuando están, no saben disfrutarlas lo suficiente. Bueno, tal vez hay alguno que si, no se puede poner a todo el mundo en el mismo saco. Pero para los que muestran poco interés, déjame decirles algo: ¡debéis estar más al loro! ¿que no véis sus formas curiosas? ¿ sus colores vivos? ¿sus texturas?

 

¡Prodigios de la naturaleza que magnifican la belleza de los veranos!

 

Y en los alrededores de Cal Calot, ¿qué flores vas a  encontrar?

Pues si la primavera ha sido buena, y el verano también, vas a encontrar montones.  De tomillo, lavanda y las de  los pétalos lila -que no recuerdo su nombre -, te aseguro que vas a encontrar.

También muchas otras; romero, árnica, botones, alguna orquídea silvestre, manzanilla …. No soy una experta en flora, ya me gustaría. Y aún teniendo algún manual, no me fío bastante de mi criterio. Prefiero fiarme de lo que tengo conocido o de algún experto o buen conocedor del tema.

Espero algún día, tenga suficiente tiempo para dedicarme a hacer algún curso de usos y remedios naturales con ellas.

 

¿Y tu? ¿Qué sabes de las flores y plantas?

Si eres experto/a en el tema, anímate a organizar un “finde” rural a Cal Calot, con la familia  o  amigos. Podrás poner en práctica tus conocimientos y dar a conocer tu pasión al resto del grupo.

 

«ditets de la Mare de Déu»

 

 

 

 

¡Si duda alguna, seria una verano para recordar!